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Boca del Río, Ver. La pandemia del coronavirus y la crisis económica que ha provocado es una combinación letal en las casas de empeño de la ciudad de Veracruz y en su zona conurbada.
Desde esta semana esos negocios lucen abarrotados de personas que buscan empeñar alguna prenda o electrodoméstico para poder subsistir la cuarentena, que podría alargarse hasta junio, según la Secretaría de Salud Federal.
Debido a las restricciones salubres, la mayoría de los empeños no permiten la entrada de más de tres personas a sus instalaciones, lo que obliga a los clientes a formarse afuera, bajo el sol.
Las filas son largas sin las medidas como la Sana Distancia recomendada por las autoridades, solo algunos ciudadanos portan, si acaso, un cubrebocas para su protección.
A decir de Joaquín, el temor es grande, pero es peor no tener qué comer. Trabaja en un restaurante que no abre desde la semana pasada y el dinero de su salario no le alcanza, requiere de las propinas.
“Vine a empeñar mi pantalla. No podemos vivir así, no hay dinero, no tenemos para comer ni las necesidades básicas. Me acaba de llegar la luz cara y nadie me ayuda, tuve que venir al Monte”.
Esta historia se repite en cientos de negocios para empeños en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, desde que ordenaron el cierre de restaurantes y bares por el coronavirus.
A la tragedia económica hay que agregar el riesgo de contagio del COVID19, que enfrenta toda la gente al aglomerarse en las puertas en busca de un dinero extra para subsistir.
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